sábado, 2 de enero de 2010

Amie


Nada extraño, nada inusual o distinto a lo habitual.
El mismo viejo escenario, las mismas viejas goteras,
Y sin atisbos de ninguna explosión por aquí.
Pero entonces, algo raro, algo inusual apareció de la nada.
Vi un platillo, flotando sobre tu ventana. Lo viste desaparecer?


Amie, ven, siéntate a mi lado,
Y léeme la historia de O.
Y diles, cómo todavía crees que el fin de siglo
Traerá un cambio para ti y para mí.

Nada raro, nada ha cambiado.
Sólo un poco más viejos, eso es todo.
Pero hay algo que sí he aprendido.
Sabes cuándo lo has encontrado,
Porque lo padeces cuando lo pierdes.

De repente algo extraño, algo inusual, viene de algún lugar.
Pero yo no soy un milagro
Y tú no eres una santa,
sólo un soldado más, caminando a ninguna parte.


Amie, ven, siéntate a mi lado,
Y léeme la historia de O.
Y diles, cómo todavía crees que el fin de siglo
Traerá un cambio para ti y para mí...

No hay comentarios:

Publicar un comentario